jueves, 27 de noviembre de 2008

Medianoche



Hay cosas que cambian tanto q ya no parecen las mismas. Se repetia esa frase a menudo con tanta frecuencia que paso a ser parte de uno de sus pensamientos más comunes. Miraba a su alrededor, observaba y reflexionaba, repitiendo esa frase una y otra vez en sus pensamientos. Utilizaba tanto esas palabras que empezaron a perder el sentido que realmente tenian.
Tenia una vida sencilla y era una de esas personas a las que se las puede catalogar como buscadoras de la felicidad, de hecho, yo estoy convencida de que en cierto modo era esclava de ese sentimiento. Aprendió desde muy pequeña a ignorar sus problemas tomando como propios los ajenos y empleaba todas sus fuerzas en solucionarlos.Su ilusión era empujar a las personas de su alrededor a esa felicidad que ella bien conocía y que incluso los mas soñadores podrian catalogar como utopica. Ver a la gente sonreir ella su mayor satisfacción, hasta tal punto, q sentia que por cada sonrisa que provocaba uno de sus problemas se desvanecia. Pobre..
Poca gente lo sabia, pero tenia un refugio particular, una ventana al mundo, a su mundo. Sentia que por unos instantes podia desaparecer, observandolo todo desde la lejania unicamente bajo la atenta mirada de la luna, con la que a veces conversaba. No creia en Dios, ni en poderes superiores pero estaba segura de que si ese ser omnipresente verdaderamente existía tenia un refugio similar al suyo.
Odiaba la monotonia y, sobre todo, tenia ansias de expansion. Siempre intentaba arrastrar a quienes la rodeaban a algun lugar sin descubrir. Le encantaba pederse, pero ese ajetreo continuo, esa huida de la costumbre solo le interesaba si era con lo que ella llamaba "su gente". Todo podia cambiar, menos las personas a quien ella miraba a los ojos.
Pasaron los meses y ella seguia acudiendo a su refugio casi a diario. Un dia se dio cuenta de que un ser habia notado su presencia en aquel lugar, quiza atraida por su soledad. Era una gata negra con la que compartia su secreto e, incluso a veces, su alma. Con el tiempo empezo a preguntarse quien fue atraida por quien, tal vez fuera ella la intrusa en aquel lugar, pero no le dio importancia. Sonaba estupido, pero a veces sentia que aquel animal podia leerle el pensamiento e incluso llego a notar pinceladas de comprension en los ojos del felino. Se veian cada noche, de hecho, sus encuentros llegaron a convertirse en una especie de ritual secreto en el que hablaban con los ojos. Un dia que ella no acudio a su ventana empezo a escuchar un sonido extraño, de repente distinguio un grito ahogadizo que provenia del exterior. Se asomo a la ventana y solo pudo ver a la gata, mirandola fijamente con sus grandes ojos fijos. Compartieron la mirada durante unos segundos. Acto seguido, ella esbozo una leve sonrisa mezcla de tranquilidad y cariño y, de alguna manera, sintió que la gata hacia lo mismo mientras se alejaba. Fue entonces cuando la chica se dio cuenta de que, en realidad, no era tan diferente al felino. Quiza, en el fondo, fueran la misma persona.
Con el paso del tiempo sus ansias de expansion se materializaron. Ella abandono la cuidad con una maleta llena de objetos preciados, miles de recuerdos en su mente y el corazon rebosante de almas e ilusion. No derramo ni una sola lagrima, o al menos es lo que ella quiere creer, al fin y al cabo no me ire muy lejos - se decia.
Al principio, sus visitas a casa eran costantes pero era innegable que en su estancia en aquella ciudad desconocida su mundo se abrio. Descubrio lugares increibles, vivio experiencias inolvidables y conocio a todo tipo de personas, algunas de ellas realmente especiales. Pero no olvidaba lo que habia dejado atras, nunca lo hacia.
Fueron pasando los meses y, a medida de que sus fronteras se iban ampliando sus visitas a casa comenzaron a menguar. Le encantaba todo lo que descubria, miraba cada parque, cada paisaje con esa mirada de asombro e ilusion que solo tienen los niños y que pierden a medida que van cumpliendo años y formando parte del mundo. La felicidad que irradiaba esa mujer quemaba.
Un dia decidio volver a casa para estar alli una temporada, tenia que compartir todo lo que habia vivido. Aparentemente todo seguia en el mismo sitio, tal y como lo dejo, pero a medida que pasaban las horas se dio cuenta de que nada era lo mismo, sentia que todo habia cambiado desde su ultima visita. Huyo a su refugio buscando la imagen de ese recuerdo. Todo parecia como siempre, pero ella ya no sentia esa sensacion que habia hecho de aquel lugar su refugio personal. Estuvo alli varios minutos, quiza horas, bajo la mirada de la luna, esperando de algun modo que todo volviera a la normalidad. Al final desistió, volvio a su cama pensando en volver al dia siguiente, quiza mañana todo seria distinto, quiza medianoche - nombre con el que habia bautizado a su alma gemela - estaba ocupada y no notaba su presencia.
La noche siguiente volvio a acudir alli, esperando, la luna ya no le hablaba y no habia ni rastro de la gata. Decidio no desistir en su intento, sabia que medianoche era la ultima esperanza que le quedaba en aquella ciudad que habia sufrido algun tipo de cambio dentro de la estaticidad del ambiente. Con una mezcla de serenidad, resignación y panico decidio encenderse un ultimo cigarro mientras esperaba. Analizaba cada calada que le daba, observaba las colillas caer dispersas como si jugaran con la leve brisa que recorria esa noche, a sus anchas, la ciudad.
Tenia la sensacion de que todo a su alrededor la observaba con una sonrisa burlona, incluso podia sentir las carcajadas del silencio. Volvio a concentrarse en su cigarro, observando como se consumia el papel, indefenso, bajo las garras del fuego. Fue entonces, en ese justo instante, bajo la atenta mirada de la luna y con la unica presencia de sus vivencias cuando se dio cuenta. Cerro la ventana y se fue a dormir, sonriente.
Nada habia cambiado, solo ella y como siempre, medianoche fue la primera en darse cuenta. Quiza la gata tambien habia abandonado la ciudad para ser, por fin, libre.
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Para empezar a publicar asiduamente en este espacio primero tengo que hacer de él mi rincón. Por eso hoy publico una historia que escribí hace tiempo y que me encanta, ya no tanto por lo que es, sino por lo que simboliza para mi (lo cual es más importante). Hace mucho que no se de medianoche pero eso no quiere decir que no siga estando en mi mente.
En cuanto a la foto, a cualquiera puede parecerle un simple poster comprado en la feria del libro de cualquier ciudad pero en realidad para mi es mucho más que eso, es mi medianoche particular, quien me observa mientras duermo y al que, de algun modo, hablo cn los ojos en noches de soledad. Y es que tengo una obsesión, no me conformo con tener los recuerdos en mi mente, siento la necesidad de materializarlos, ya sea en una foto, un objeto e incluso, por qué no, hasta en una sensación.

Quien conoce el secreto de mi habitación lo sabe, sabe que todo lo que me rodea esta hecho de pedacitos de mi...

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