
Y de repente, vió una bandada de pájaros de miles de colores posados en las inmediaciones de la carretera, en las afueras de la ciudad. Y estos, inmóviles, sólo dejaban de ser figuras de cera para contonear sus plumas.
A ella le dio la sensacion de que, de algún modo, estos pájaros la estaban esperando allí a lo lejos e imaginó que ese contoneo elegante en el lenguaje de los gestos no era más que un: Hasta luego, vuelve pronto....

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