Me despierto y te encuentro tendido a mi lado en la cama, dormido.

Siempre me ha gustado mirar a la gente cuando duerme, así que, a la luz del alba me limito a observarte. Observo la leve sonrisa que se intuye entre tu pelo enmarañado y las marcas que la almohada ha dejado por tu piel. […]

Y es justo en ese instante cuando me doy cuenta de que TE AMO. Y quiero decírtelo, porque los enamorados hacen esas cosas, y te lo digo, te lo digo muy fuerte y muy rápido para que lo sepas cuanto antes, porque los enamorados hacen esas cosas, pero lo digo tan rápido y tantas veces que sólo se escucha un leve TEMO. De repente, abres los ojos y engañado por tu oído me encuentras llena de temor al otro lado de la cama.

Y es así como surge el miedo al amar