miércoles, 20 de octubre de 2010

Princesa


Hacia mucho tiempo que no sentia la necesidad de levantarse de la cama para hablar consigo misma escondida en su refugio.

Ha dejado las ventanas, ahora prefiere los balcones, donde puede observar al viento sin que este perfore sus poros. No alcanza a ver la luna pero ya no le importa, quiza por eso se siente un poco perdida y no sabe muy bien que escribir.

Es una sensación extraña porque, por primera vez en muchos años, parece sentir la necesidad de dejar la pluma a un lado y hablar con otra persona.

Ya no hay lunas en sus noches de soledad, ha cambiado los gatos por amigas con nombre de princesa… quien lo iba a decir.

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